El Sueño de una Golondrina

El sistema solar está gobernado por un sistema político-religioso único. Desde milenios de historia dos poderosas familias formaron una coalición con acuerdos respaldados por sus escrituras sagradas para mantener el dominio sobre miles de millones de personas. Los Mecánicos se encargan de las tareas pesadas tanto en lo físico como en lo intelectual y la humanidad vive bajo la Sagrada Paz Perfecta desde tanto tiempo atrás que la Tierra cambió su geografía y los seres humanos su aspecto. Una sacerdotisa fue despertada de su hibernación milenaria para confirmar la pureza de la futura esposa del Emperador Sagrado, pero un desconocido criminal la asesina y la princesa es la principal sospechosa. En la investigación se presenta el único testigo del crimen, un ser Mecánico, antiguo guerrero. La posibilidad de ser desnudada y apedreada por bruja está entre las amenazas que la sospechosa enfrenta. ¿Por qué una persona aun viviendo en un mundo ideal querría destruirlo? ¿Es que acaso el Mundo Ideal está en un lugar imposible de compartir con nuestros congéneres?

 

Joseín Moros regresa como cada mes al Desafío del Nexus con un nueva e interesante historia:

EL SUEÑO DE UNA GOLONDRINA

 

Una anciana pequeña y delgada, de ojos negros y cabellera gris está parada en un balcón. Tiene amplias ropas ligeras, frente a ella el horizonte parece un océano de arcilla reseca, con olas paralizadas en el tiempo. Muy alto en el cielo casi blanco veteado de bandas rojizas flotan puntos similares a pinceladas verticales, borrosas en su parte inferior, son ciudades agrícolas parecidas a anémonas plateadas con verdes extensiones en la superficie.

 

La habitación donde se encuentra está alfombrada y en las paredes largos tapices muestran figuras abstractas con diseños repetidos millones de veces. Frente a su boca hay un micrófono minúsculo, es una joya adornada con piedras preciosas, adosado a un pectoral de placas doradas, finas como alas de mariposa.

 

La voz salió de su pecho.

 

—En este cielo una luna flotaba, los mares muy extensos eran. Existían grandes superficies de hielo en los polos del planeta y más continentes había, no dos como ahora.

 

En todo el sistema solar saturado de ciudades en órbita, con forma de huevos brillantes como el platino, ésta mujer es la única persona hablante de la lengua sagrada. El traductor simultáneo hace surgir una voz desde el pectoral dorado, con su mismo timbre y dramática construcción gramatical. La anciana habla en voz baja a fin de no entorpecer la traducción por parte del artefacto electrónico.

 

—Otro planeta giraba del sol alrededor, en la órbita primera. La Tierra fue el tercer planeta hasta el momento cuando también perdimos la luna. No debemos su nombre mencionar, a las antiguas herejías pertenece.

 

Al fondo de la habitación está una niña de trece años, alta y de cabello rojizo oscuro, pupilas verdes agua marina, tiene las mejillas irritadas por un salpullido parecido a granos de pimienta roja. Su delgado cuerpo está cubierto por ropas ligeras de tonos más claros y el velo caído deja ver una boca con minúsculos dientes. Hasta ella la voz del aparato traductor llega con claridad. Sobre la mesa de piedra pulida, cerúlea como un hermoso cielo del pasado, hay un cuerno de vidrio bermellón, este adorno también es un altoparlante.

 

—Había enfermedades contagiosas, la gente no se comprendía unos a otros. Cada pueblo tenía creencias aborrecibles y en el pecado todos vivían. Hasta cuando surgió la verdadera fe, La Escritura Primera y Final, el sagrado El-Ka-Tam libro nacido en el desierto de mi nación. Y comenzamos nuestra guerra sagrada. Yo fui de las primeras en la lucha, aprendí muy temprano a degollar y decapitar herejes.

 

La niña oía y miraba a la vieja dama, mientras en su mente hablaba con una amiga secreta. La había bautizado Golondrina, le gustaba imaginarse volando con aquellas pequeñas aves hacia lugares lejanos al palacio de mármol blanco donde se encontraba, remotas leyendas aseguran que fue un regalo de amor de un lejano príncipe a su amada. El magnífico edificio fue trasladado hasta allí por los Mecánicos, ahora sólo es parte de un palacio en medio del Gran Desierto Atlántico.

 

<< Golondrina, ella me da miedo. Tiene un dedo más en cada mano y cada pie, sus orejas son enormes y es tan pequeña, parece un animalito oscuro, con ojos negros como insectos. Los mueve rápido, sí, parecen dos moscas negras. Que fea era la gente antigua >>

 

Miró a sus propias manos y pies, los dedos meñiques desaparecieron con el paso de innumerables generaciones. Palpó sus orejas y las sintió casi invisibles bajo el cabello. Los espejos fueron prohibidos por los libros sagrados, ella sólo puede imaginar su propio aspecto, comparando con los pocos niños que había visto en su vida. A la futura Emperatriz del Imperio Solar, la princesa Alf-azia Afianagonszaless, su religión le impedía admirarse.

 

La anciana cruzó la sala y se perdió en un largo pasillo sembrado de columnas. Un ser mecánico, casi el doble de su estatura, surgió de los cortinajes y la siguió durante un corto trecho, luego regresó al lugar donde podía ver a la princesa, la alfombra acalló los pasos de ambos. El ser mecánico movía brazos y piernas, pero la ausencia de cabeza y cuello, la forma casi esférica del torso y la evidente textura de corrugado metálico, anulaba en gran parte el parecido con un ser humano. Además no tenía ojos ni boca en parte alguna. En el libro sagrado, Escritura Primera y Final, el sagrado El-Ka-Tam, la muerte por desmembramiento es el castigo para quien represente la forma humana en cualquier tipo de estructura o material.

 

La princesa corrió hasta el balcón, necesitaba sentir espacio abierto sobre su cabeza. Imaginó a su lado a Golondrina, era otra niña, con el aspecto que ella misma creía tener. No se engañaba, Golondrina sólo era fruto de su imaginación y a nadie debía comentar respecto a sus conversaciones mentales, había el peligro de ser lapidada por bruja aunque tuviera sangre real.

 

<< Al fin terminó. Todos los días recita lo mismo. ¿Cuándo regresará a su ataúd, Golondrina? >> La niña apenas había movido los labios, sin emitir sonido, cualquiera podría pensar que estaba rezando.

 

<< Alf-azia, amiga mía, ella se irá después de tu boda, ya lo sabias. Despertaron una Guardiana de la Escritura Primera y Final para darte los Secretos de Amante y Mansa Esposa. Con este matrimonio la Paz Perfecta en el sistema solar continuará por otros mil años, porque está escrito: diez siglos deben transcurrir entre cada despertar de las Guardianas de la Escritura Primera y Final, para armonizar uniones entre El Emperador Sacerdote Sagrado y una hija de la familia Afianagonszaless. La familia Afianagonszaless, tu familia, dominan la mitad de los ejércitos desde La Madre de las Carnicerías cuando se inició La Paz Perfecta y siempre será así. Está escrito.

 

Alf-azia pellizcó sus mejillas con dos de sus cuatro dedos de la mano derecha.

 

<< No pellizques tu cara. Esa erupción te salió por el miedo cuando viste a tu futuro esposo y comprendiste las cosas según explicó Zaf-ara debías hacer con él como Amante y Mansa Esposa. No es una enfermedad contagiosa, pero te puedes dañar la piel. Lo dijo el Mecánico Médico >>

 

Alf-azia recordó al Emperador Sacerdote Sagrado, un barbudo con dientes de platino manchados de sarro. Su olor a tabaco, café, sudor y perfume rancio le había llegado hasta detrás de los cortinajes donde estuvo escondida mientras su padre, Zar-El-Mas, se encontraba con el gran caudillo del sistema solar. Las escrituras habían hablado, desde siempre, cada diez siglos la sangre de las dos familias más poderosas debía mezclarse para mantener La Paz Perfecta de Los Cielos. La niña no podía comprender, si existe La Paz Perfecta según El-Ka-Tam porqué todos los hombres sólo viven para la guerra y si La Paz es perfecta porqué siempre estaban decapitando, apaleando, lapidando gente en todas las ciudades del Imperio. Golondrina, sin necesidad de oír las preguntas, le ofreció respuestas porque ella sí estaba interesada en conocer el mundo que sólo podía sentir a través de la princesa Alf-azia y era capaz de recordar sin error alguno todas las clases de Historia Sagrada.

 

<< Los sacerdotes dicen que los demonios desvían la mente de los impíos y por eso se desatan rebeliones. La Paz Perfecta sí existe, Alf-azia, porque todos somos felices. Nadie tiene que trabajar, eso lo hacen Los Mecánicos para nosotros, ni debemos estudiar las ciencias de los herejes del pasado para mejorar nuestras armas, ciudades y navíos espaciales, también de eso se encargan ellos. Y no necesitamos esclavos, por eso matamos a todos los rebeldes y buscamos a los infieles ocultos entre nosotros. Debes acostumbrarte y disfrutar los días de fiesta cuando asistes a ejecuciones masivas, a mí me gusta el sonido de los desmembrados y los pataleos de los degollados >>

 

<< Golondrina, ¿de verdad crees que esto es La Paz Perfecta? Yo no estoy en paz, siempre tengo miedo. Al casarme hasta para hablar contigo será difícil, ya no podré estar a solas en las noches. No quiero olvidarte, Golondrina. Si lo hago desaparecerás, estoy segura >>

 

Alf-azia vio terror en los ojos de su amiga imaginaria; un miedo parecido a su propio espanto de ya nunca poder estar a solas con su pensamiento en el mundo ideal que había creado en la parte más secreta de su mente. Al casarse estaría obligada a vivir en Marte, dormir con aquel monstruo apestoso, tener sus hijos, atender gente del imperio todos los días, estar rodeada de damas de compañía parlanchinas lejos de sus jardines alrededor de este palacio donde nació. Ya no estaría sola nunca más. La princesa vio a Golondrina retrocediendo con las manos en la boca y cambiar del terror a la rabia como ella misma nunca lo habría hecho.

 

<< Tienes razón, Alf-azia. La Paz Perfecta no existe. ¿Y te das cuenta? Ahora somos un par de herejes, cuando nos descubran te desnudarán y serás apedreada en la plaza, y yo desapareceré por siempre >>

 

 

La princesa Alf-azia Afianagonszaless continuó su largo adiestramiento para Amante Esposa y la erupción invadió su espalda y pecho, el contacto con su propia ropa le producía mucho malestar. A medida que fue observando mejor a la vieja recién despertada de hibernación, Zaf-ara, descubrió en ella el porqué del movimiento de sus ojos negros. En realidad fue una deducción de su amiga imaginaria Golondrina.

 

<< Esa vieja tiene miedo. Descubrí porqué. Al despertar se enteró: en los diez siglos pasados fueron muriendo una tras otra las doce últimas Guardianas de la Escritura Primera y Final en sus cámaras de hibernación. Eran miles al principio, recuerda amiga, miles de miles. Ella, la número trece, la última, con mucha probabilidad morirá antes de diez siglos mientras esté hibernando >>

 

<< ¡Golondrina! ¿Quieres decir que Ella tiene miedo de morir? Pero sí irá al Paraíso. Está escrito >>

 

<< Amiguita, fue Ella una de las personas quienes escribieron esas palabras, lo oí mientras espiaba en el Consejo de Sabios Sacerdotes. Recuerda, ella tuvo mucho tiempo dormida, lo hizo desde que había luna en el cielo y otro planeta en la primera órbita. Vi que todos los dignatarios tienen miedo, igual a ella, es la última Guardiana de la Escritura Primera y Final, no habrá quién haga la preparación de Amante y Mansa Esposa a una nueva Emperatriz dentro de diez siglos. Está escrito, ellas eran miles. La realidad es que sólo queda Ella y morirá pronto >>

 

<< Tal vez sobreviva otros mil años, y creo que nadie lo puede predecir. Golondrina, yo no recuerdo haber estado espiando en el Consejo de Sacerdotes. ¿Cuándo fui? >>

 

<< Es verdad, nadie lo puede predecir >>

 

<< ¿Y mi pregunta? ¿Cuándo fui a espiar en el Consejo de Sabios Sacerdotes? No recuerdo haber ido >>

 

La princesa vio a su amiga imaginaria, Golondrina, bajar la mirada para contestar.

 

<< Hace cuatro días, al final de la séptima sesión de oraciones diarias te quedaste casi dormida recordando los paseos en el cañón Las Bermudas. Entonces tomé tu cuerpo y salí a espiar a la vieja, en el camino vi el movimiento de sacerdotes y los seguí. ¿Sabías que ningún Mecánico impide tu paso? Ya te consideran La Emperatriz. De todas maneras me moví por pasillos paralelos al camino de los hombres, y tampoco las damas se oponen a tu paso, fingen no ver tus infracciones, lo descubrí ese día >>

 

<< ¿Quieres decir que puedes ocupar mi lugar mientras yo descanso? ¿Podrás hacer eso la noche de mi boda? >>

 

<< Seguro que sí, pero desde ahora debemos practicar mucho. Comencemos con las sesiones de instrucción con la vieja Zaf-ara, si ella no se da cuenta entonces con el hediondo peludo no habrá problema >>

 

 

La niña está encogida sobre un bajo sillón lleno de almohadones al fondo de la sala, nadie pudo convencerla de ir a mirar por el balcón y murmura las mismas frases todo el tiempo.

 

—Estábamos rezando, era la hora. Ella quiso volar como una golondrina. Como una golondrina. Abrió los brazos y se inclinó sobre la baranda. Yo estaba aquí, cantando la letanía, cerré los ojos.

 

<< La vieja gritó como un lagarto de las hondonadas. No vayas a reír, amiga, te perdiste verla pataleando sobre la baranda. ¿Por qué se asustó? ¿Acaso no sabía que la esperaba El Paraíso? >>

 

La princesa comenzó a reír, los soldados no miraron hacia ella, está prohibido mirar si la princesa no tiene puesto el velo sobre la cara. Las damas de compañía la tomaron por los brazos y se la llevaron de allí. El Mecánico, siempre cercano a la princesa, las siguió.

 

A cada momento llegaron nuevos dignatarios y miraron por el balcón. Sus murmullos cada vez perturbaban más a los militares allí presentes. Había representantes de los ejércitos de las dos familias más poderosas del sistema solar.

 

 

Aunque no hay un sistema público informativo, periódicos o noticieros, las noticias viajan rápido. Existe un mercado negro de rumores y datos de último minuto, costoso pero muy eficiente. La población de todas las ciudades, al cabo de unas semanas, supo lo acontecido en la Tierra.

 

La venerable anciana Zaf-ara fue la última Guardiana de la Escritura Primera y Final que logró despertar. Hubo miles pero con el tiempo murieron mientras dormían perdiendo la juventud. Se dice que estas mujeres envejecieron un minuto cada mil años, aquellas quienes comenzaron a dormir siendo jóvenes se convirtieron en ancianas y murieron después de haber despertado muchas veces para realizar su trabajo y regresar al sueño.

 

La versión de la noticia varió en cada ciudad, sólo tenían algo en común: había sido un terrible accidente y por lo tanto un evento provocado por las fuerzas de Los Infiernos contra los Cielos Verdaderos. Unos hablaron de un resbalón en las escaleras del Palacio en el Desierto Atlántico, otros hasta de una asfixia con la semilla de un dátil. Sin embargo la versión oficial buscó multitud de formas para atribuir el infortunio a la influencia de diabólicas fuerzas infiltradas en el Palacio.

 

Entonces la cacería de brujas comenzó.

 

Durante otro de los Concejos Sacerdotales, donde se encontraban reunidos Dignatarios Militares de ambos bandos, alguien sugirió asignar a los Mecánicos especializados en Las Ciencias Médicas y Biológicas una tarea que hasta el momento se efectuaba en secreto con animales y para fines alimenticios de la población más desposeída: crear un clon de la anciana Zaf-ara, Guardiana de la Escritura Primera y Final. El Emperador Sacerdote de inmediato pidió la opinión de quienes estuvieran de acuerdo y un grupo de Militares y Religiosos apoyaron la propuesta, entonces ordenó fueran ejecutados allí mismo, por lenta decapitación.

 

Los Mecánicos, al comienzo de la Guerra Sagrada, durante la época cuando todavía existía la luna en el cielo participaron en las batallas pero con el paso de los milenios se fueron tornando apáticos a luchar. En un antiquísimo momento hubo dos flotas enormes de Guerreros Mecánicos quienes rehusaron obedecer órdenes para destruirse unos a otros. Se quedaron allí, inmóviles, y fue necesario rescatar los soldados humanos de los navíos. Aun sabiendo que un Mecánico no estaría interesado en participar en los actuales eventos, el Consejo Sacerdotal llamó a atestiguar al Mecánico guardián de la Princesa Alf-azia Afianagonszaless.

 

GU-6699 tenía tantos milenios en la familia Afianagonszaless que sólo le llamaban Gu. En todo el sistema solar era conocido por las leyendas sobre terribles batallas en los desiertos de la luna, cuando ese satélite todavía existía, y milenios después en Marte, donde con su actuación logró llevar a la superioridad militar a la familia Afianagonszaless que la convirtió en el segundo bando dominante del sistema solar. Gu, después de haber exterminado una ciudad rebelde con cuatrocientos millones de habitantes humanos y otro tanto de Mecánicos, más allá de la órbita de Júpiter durante la llamada Madre de las Carnicerías, no volvió a aceptar órdenes militares y se convirtió en niñera de la familia Afianagonszaless.

 

Cuando el antiguo Guerrero Mecánico GU-6699 entró a la sala del Consejo Sacerdotal, había allí por lo menos ocho mil sacerdotes y militares de ambos bandos. Las armas en aquella sagrada estancia estaban prohibidas por las Escrituras, aunque era sabido que muchos habían sido asesinados en sus sillas.

 

De pie en el estrado, con dos metros de estatura y evidencia de haber recibido grandes reparaciones en más de la mitad de su estructura, ahora no parecía muy alto debido al paulatino aumento en talla de la raza humana. Su blindaje corrugado, ausencia de cabeza, ojos, boca, y con brazos hasta los muslos, más las piernas cortas y torso casi esférico no lograba quitarle aire de humana ferocidad.

 

—Gu, muéstranos una proyección visual de lo ocurrido a la Guardiana de la Escritura Primera y Final, Zaf-ara, en el momento cuando murió en la sala de Tapices —dijo un Sacerdote bastante más alto que el Mecánico, desde el sector de Jueces Sagrados.

 

—No quiero —fue la respuesta de la voz mecánica, llena de interferencia como una transmisión durante una tormenta solar.

 

—Gu, ¿qué le ocurrió a la Guardiana de la Escritura Primera y Final?

 

—Murió —la interferencia bajó de nivel.

 

—Gu, ¿qué hizo la Princesa Alf-azia Afianagonszaless mientras la Guardiana moría?

 

Esta vez la voz surgió nítida y clara, con el tono mecánico habitual.

 

—La niña estaba practicando sus lecciones de Amante Esposa en el diván, las campanas anunciaron otra hora de oración, ella se colocó las ropas y comenzó a rezar. La Guardiana oraba en el balcón, la niña miró hacia allí y cerró los ojos. Luego, cuando los abrió dio un grito y cayó en el diván —mientras habló GU-6699 en su cerebro electrónico se reprodujeron las imágenes y sonidos de la verdadera escena.

 

—Honorable Emperador Sagrado, honorables Sacerdotes y Guerreros Sagrados, Gu, como todas las inteligencias artificiales desde La Madre de las Carnicerías, se niega a participar en un evento que pueda tener consecuencias de muerte para algún ser humano. Este daño en las mentalidades mecánicas ellas mismas no han podido corregirlo y a nosotros siempre nos fue imposible hacer algo al respecto. Pero, si Gu no quiere hablar de lo ocurrido a la Guardiana de la Escritura Primera y Final es evidente que no lo hace porque las consecuencias serían la muerte de alguien. Ya comprendimos que la Princesa no intervino en su muerte, por lo tanto existe otro culpable.

 

Un lejano sacerdote, con distintivos militares en su vestimenta indicativos de pertenecer a la casa del Emperador Sagrado, visitante en palacio del Desierto Atlántico, habló a gritos.

 

—Exigimos nos entreguen las damas de compañía de la princesa para interrogarlas bajo tortura y todo aquel que a esa hora estaba en los jardines donde cayó la Guardiana de la Escritura Primera y Final.

 

—Así será —dijo Zar-El-Mas, el padre de la princesa y dueño del ejército ahora más grande del Sistema Solar, fuerza militar que en la última década logró superar en número y poderío a la del Sagrado Emperador.

 

 

Es de noche, desde el balcón de las habitaciones de la princesa el cielo negro como la ceguera total muestra puntos luminosos de color violeta claro en su parte superior y rojo en los segmentos inferiores. Son las ciudades agrícolas que flotan sobre el Desierto Atlántico. Hay allí miles de millones de personas y otros tantos Mecánicos, antiguos guerreros y ahora convertidos por su propia decisión en obedientes máquinas agrícolas. Para la humanidad esto es como sí las pistolas hubieran decidido sólo servir de martillos en trabajos no relacionados con la guerra.

 

Las damas de compañía fueron cambiadas. Alf-azia sabía que todas las nuevas eran espías y se cuidaba de no mostrar algún comportamiento sospechoso. Ahora rezaba mucho más, para ello se quedaba de pie con los brazos en alto y mirando al cielo desde su balcón como acostumbraban las mujeres en todo el sistema solar. La niña había desarrollado la facultad de recitar la corta letanía cientos de veces en voz baja y al mismo tiempo mantener una larga conversación con su amiga imaginaria Golondrina. Si de repente ella aparecía a su lado, evitaba mirarla y cerraba los ojos como si las palabras del rezo la llevaran al éxtasis religioso que todos fingían alcanzar.

 

<< ¿Por qué Gu no dijo la verdad? >>

 

<< Nadie lo sabe, los Mecánicos se mantienen al margen de nuestras luchas, lo decidieron hace mucho tiempo. Cuando contó que tú, la princesa, permaneció rezando al fondo de la sala dijo la verdad >>

 

<< ¿Qué va a pasar ahora con mi boda? >>

 

<< Asistí como testigo mientras torturaban a tus damas de compañía y a los nobles encargados de cuidar los jardines junto a los Mecánicos jardineros. Uno de los sacerdotes dijo que sin la sagrada autorización de la Guardiana la boda es nula porque no se sabría si eres pura. Los militares del Emperador miraron con desconfianza a los nuestros, creo que tendremos guerra, creo que tu padre decidió ser el Emperador y ya no necesitará mantener esa alianza con ellos >>

 

<< Pero todavía ellos son muy fuertes. ¿No habrá sido un error? >>

 

<< Yo sé que podemos ganar la guerra, desde siempre esa idea está en la mente de nuestros militares. Los de ellos nos acusan de herejes por querer esa boda sin la presencia de la Guardiana y ahora nosotros los acusaremos a ellos por pretender continuar siendo La Familia Emperadora sin contar con nuestro apoyo, está escrito. Ganaremos, entonces de verdad tendremos La Paz Perfecta aunque yo misma tenga que degollar todos los habitantes de sus ciudades >>

 

<< ¿Por qué lo hiciste? ¿Ya habías calculado que esta situación ocurriría? >>

 

<< Porque no quiero desaparecer. Podrás continuar descansando y soñando en tu Mundo Ideal mientras yo me encargo de eliminar cualquier sospecha. Lo tengo todo calculado. Hay unos cuantos militares no muy convencidos, los enviaré al frente, irán felices y con seguridad morirán agradecidos porque sus familias estarán a salvo de mi venganza.

 

<< ¿Podrás tú sola desencadenar esa gran guerra y ganarla? >>

 

<< No te has dado cuenta de mis acciones porque has estado soñando desde cuando comenzaron las torturas. Me gané la confianza de tu padre, ahora me oye porque te cree víctima de una conspiración diabólica. Por cierto, quiero sugerirte algo, para evitar cometer algún error involuntario >>

 

<< ¿Qué es? >>

 

<< Cambiemos de nombre, tú serás Golondrina y yo Alf-azia. Así podrás permanecer con tus sueños en tu Mundo Ideal y yo actuaré siendo tú >>

 

<< Está bien amiga, pero de vez en cuando quiero pasear por mis jardines en este palacio. No me olvides, yo podría desaparecer >>

 

<< Así será, amiga Golondrina >>

 

<< Gracias, princesa Alf-azia >>

 

 

Desde el fondo de la sala GU-6699 miraba a la princesa Alf-azia, ella estaba rezando la sagrada letanía en el balcón. El fino oído electrónico del Mecánico captó imperceptibles alteraciones para el cerebro humano en el canto religioso. Al mismo tiempo observó con atención los movimientos en la garganta de la niña, su visión infrarroja le mostró sutiles movimientos en la lengua de la princesa y reconstruyó con prodigiosa rapidez la conversación con su amiga imaginaria. Gu hizo esta misma acción desde el primer momento cuando Alf-azia creó a Golondrina y conocía en detalle los planes de ambas.

 

Las escenas de lo ocurrido el día cuando la vieja Zaf-ara murió, Gu las repitió en su memoria.

 

GU-6699 había visto a la princesa Alf-azia cuando oyó las campanas anunciando la nueva hora de oración, cubrió su desnudez con el fresco traje largo y comenzó a corear la letanía de la Guardiana en el balcón. De nuevo Gu distinguió los signos de su conversación mental con la amiga imaginaria. Leyó las palabras «pronto, dame tu cuerpo» y vio cuando ella cerró los ojos. Para ese instante ya no era la princesa sino su amiga Golondrina. Con la agilidad de un lagarto de las hondonadas la niña gateó por la alfombra y atrapó la parte trasera de los muslos de la anciana, sin esfuerzo la levantó del suelo y la empujó por encima de la baranda; desde afuera nadie pudo verla. De igual forma Golondrina regresó al mismo lugar y cerró los ojos. De inmediato la princesa los abrió, al no ver a la vieja en el balcón dio un grito y se dejó caer en los cojines del diván.

 

Gu volvió al presente, caminó en silencio hasta el balcón y de frente a la espigada niña hizo una pregunta.

 

—Princesa, ¿desea que prepare para mañana un largo paseo por los jardines?

 

—No, Gu. No volveré a pasear por allí.

 

Entonces GU-6699 se quedó inmóvil. Nunca nadie más pudo darle órdenes, igual ocurrió con todos los Mecánicos en el Imperio.

 

Algunos pocos seres humanos, entre ellos Golondrina, se preguntaron si en el interior de los cerebros electrónicos habría el sueño de algún Mundo Ideal.

 

 

Fin

Muchas gracias a Joseín or compartir con nosotros esta historia, recuerden que está participando en el Desafío del Nexus, así que si disfrutaste de ella compártela por facebook.

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Joseín Moros
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