La historia del Dragón y el Bardo, es una de esas clásicas anécdotas del rol que siempre deben ser recordadas. Pues ejemplifican con claridad las razones por las que este arte es tan especial.
El usuario MadGuyver, la compartió hace poco en el redddit de DungeonsAndDragons, y me gustó tanto que decidí hacer una pequeña traducción para que todos podamos disfrutarla:
La Historia del Dragón y el Bardo
Master (a nuestro Bardo): Los seis cultistas te tiran en el suelo, se inclinan ante el masivo dragón verde y dicen, «Oh Grandísimo, te hemos traído este oro y este sacrificio humano como tributo a tu grandeza. Por favor acepta nuestra ofrenda«.
El resto del Grupo, mirando desde la distancia: Mierda. Está muerto. Está tan muerto. Descanse en paz Edward.
Master: El dragón agradece a los cultistas y pregunta si tienes algunas últimas palabras.
Bardo: Miro al dragón y digo, «Te he traído este oro y estos seis cultistas como tributo a tu grandeza«.
El resto del Grupo: ¡A LA MIERDA!
Master, quien claramente no se estaba esperando aquello: …Lanza persuasión.
Master: El dragón dice, «Me gustas. Agáchate«.
Bardo: …¿Me agacho?
Master: El dragón incinera a los cultistas con su aliento venenoso y te deja vivo, mientras se va volando con su tesoro.
Bardo: ¡Oh por dios! Pensé que estaba muerto.
Master: ¿Honestamente? Yo también.
¡Jajajajaja! ¿Te sacó una sonrisa esa historia sí o no?
¿Te ha ocurrido alguna vez algo similar en tus juegos? Deja la historia en los comentarios para que todos la podamos disfrutar.
Yo solo recuerdo aquella ocasión en que la campaña de rol se descarriló completamente. Pero igual lo pasamos genial.
Jajajajajajaja que genial, yo solo conocia las historias del gacebo y la del enano de armadura pesada, la recontra re comparto esta.
Muy interesante anécdota, a veces, y solo a veces, los dados acompañan las decisiones más ingeniosas, o desesperadas, leí otro caso donde un halfing logró taclear a un orco que estaba por romper los lazos de un puente y que haría caer al grupo al vacío, no me imagino a Frodo tumbando a un uruk hai y gritándole, in ya face mada fuca.