Biocam

Llega a nuestras páginas el escritor Chileno Dan Aragonz para participar con una historia para nuestro Concurso anual:

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Biocam

Autor: Dan Aragonz

En un futuro distópico la ciudad de Vitali, es protegida por una mega corporación de seguridad llamada Biocam. Un vigilante de punto, recibirá la visita inesperada de alguien que le encomendara una importante misión, donde se desenmascarara la verdadera identidad de la empresa.

Con el tiempo su cerebro se había mecanizado por la decena de coordenadas que circulaban a través de su visor a cada instante. Siempre debía estar alerta a posibles conductas inapropiadas en la metrópolis. Para eso las calles estaban plagadas con dispositivos de vigilancia, todos ellos conectados directo a su juicio automatizado para un óptimo desempeño para la empresa de seguridad. Biocam es la encargada del bienestar de la ciudad, contratada por el grupo político gobernante. Booper es un vigilante de punto que anhela convertirse en un agente cero desde que tiene recuerdos. Se quitó el casco-visor cuando escuchó una explosión que provino de la calle, transportándose sobre su silla electrónica hasta la ventana, un espeso humo entró en la sala de monitoreo. Un grupo de individuos manifestaba en contra de una asamblea política que se celebraba en lo alto del departamento social de organismos cibernéticos.

—¿No les basta con la seguridad que les damos?

Todo se volvió un caos cuando llegó un vehículo policial blindado.

Un manifestante que escalaba la dependencia fue derribado por una granada magnética lanzada por la policía que custodiaba la zona. Los brazos del tipo hicieron corto circuito, desprendiéndose de sus hombros y golpeándose contra el piso.

—¡Pagamos por implantes funcionales, no somos animales! —Gritaba una mujer con piernas biónicas que apenas podía respirar por la nube toxica. Otro ciborg se acercó para ayudarla a arrastrar al herido algunos metros.

Trataron de reinsertarle los implantes pero el esfuerzo fue inútil, la tecnología que recibía la policía en materia de defensa, se volvía cada vez más poderosa. Booper a través de su ocular mayor; una prótesis en su ojo izquierdo conectada con la base central de datos. Confirmó la identidad de todos los protestantes y automáticamente generó informes conductuales.

—¿Bishock?— Se conectó a una señal pirata de radio que detectó cerca de la manifestación.

—Que fácil te ganas el dinero allá arriba, hombre tortuga —Respondió una voz gastada.

—Tus insultos no me afectan vago inmundo—Booper sólo podía mover ciertas partes de su cuerpo como la cabeza y los brazos. La mayoría de sus acciones las ejecutaba su silla electrónica que estaba conectada a algunos de sus músculos.

—Protestan contra la aprobación del proyecto ANATELBishock soltó una risotada irónica—Pero contigo como perro escudero, es difícil que logren conseguir algo—la carcajada paró de golpe con una tos seca que lo invadió.

—Algunos manifestantes ya están recibiendo los beneficios del proyecto— Se tomaban la cabeza y caían al piso con enormes dolores bioneuronales. Booper cortó la comunicación con su informante, a quien pagaba con restos de comida por sus servicios.

La dependencia social ciborg abrió sus puertas de golpe, un automóvil negro blindado salió velozmente del lugar. Los gritos de disgusto aumentaron cuando la policía lanzó bombas magnéticas, para abrir paso al vehículo. Booper comprobó la identidad de quienes atacaron el transporte diplomático, identificándolos y generando un detallado reporte instantáneo a sus superiores. Sin darse cuenta, también captó el rostro de un político dentro de la nave, por lo que la base de datos arrojó identidad clasificada.

En la sala de monitoreo apareció un agente cero por una de las pantallas, solicitando que explicará si fue consciente del error registrado.

—Tenemos un archivo clasificado— Booper reaccionó e ingresó los códigos de acceso para rectificar el error.

—No se va a volver a repetir señor—No comprendía como se había equivocado.

—Nosotros determinaremos eso Alan Booper, no vuelva a cometer errores— La señal en la pantalla cortó su emisión.

Escuchó pasos que provinieron del pasillo.

—¡Oficiales Biocam! —Esto podía costarle el puesto de vigilante y nadie contrataría a un minusválido.

Cuando abrió aparecieron dos agentes cero portando armaduras biónicas con el emblema de la empresa. Uno se quitó el casco-visor entrando sin permiso, apuntando con su radar de calor buscando algo sospechoso.

—No hay problema agente, el archivo clasificado fue recodificado—Molesto por el invasivo accionar de sus superiores.

— ¿Booper ha notado algo extraño estos días ?— Ambos observaban cada rincón de la habitación detenidamente.

—Puede ser el registro clasificado de hace algunos minutos, pero eso ya está corregido señor— Booper se transportó a los controles para demostrar que decía la verdad.

—¿Tiene alguna relación con un grupo extremista llamado Liberti? —Dijo el agente.

—Negativo señor, nunca mancharía mi historial señor. —Seguro de la información que entregó.

—¡Un peligroso terrorista te busca por algo que desconocemos!— El agente inspeccionaba posibles huellas dactilares— ¡Para asegurarnos deberás acompañarnos para hacerte unas pruebas!

La alarma del radar de calor se activó, captó señal que se acercaba por el pasillo, lo que puso en alerta a los agentes. Booper se dio cuenta y trató de tranquilizarlos.

—No se preocupen es Bishock que viene por su paga—Aseguró Booper.

El agente no alcanzó a esquivar la puerta de metal que se desprendió sobre él, lanzándolo contra el muro e inutilizándolo por completo. Booper miraba en todas direcciones tratando de detectar que demonios ocurría.

— ¡Terrorista encontrado, altamente peligroso! —Reportaba por su radio el agente que no dudo en lanzarse por la ventana desde el octavo piso. Sin antes dejar caer un poderoso explosivo para neutralizar al invasor.

Booper en el piso, asustado porque podía estallar en su cara en cualquier momento, trataba de salir de su silla, pero esta no respondía. Sintió que algo que no podía ver lo arrastró por la habitación hacia el pasillo. El estallido dejó bajo los escombros a Booper herido sin poder moverse. Una armadura robótica hecha de algún material súper liviano y resistente comenzó a hacerse visible lentamente. El captor lo subió de un tirón sobre sus hombros.

Un helicóptero de la policía apareció descargando una ráfaga de disparos que el secuestrador esquivó saltando al vacío cargando a Booper. Este se desvaneció por la impresión. Antes de ser alcanzados por la nave, se esfumaron en el aire. El camuflaje óptico del raptor cibernético los borró del mapa de las autoridades policiales.

No sabía cuánto tiempo había pasado, estaba tirado en algún lugar frio y oscuro donde comenzó a recobrar el conocimiento lentamente. Parecía una antigua estación de control de trenes eléctricos. Pudo distinguir frente a él, la armadura que lo había capturado, estaba sin su piloto.

Trató de arrastrarse como pudo, agarrándose firmemente de las imperfecciones de la superficie metálica, pero igual le fue imposible moverse, no tenía recuerdos de lo que se sentía poder caminar. Algo se acercó por su espalda.

—¿Qué demonios quieres de Mi? —Frente a él tenia las piernas más hermosas que vio en toda su vida. Una hermosa mujer con el torso desnudo y el cuerpo completamente tatuado, cabellos negros y ondulados, era quien lo había tomado prisionero.

—Soy Lana Marino, si quieres seguir con vida estas obligado a obedecer mis órdenes—Sacó un pequeño aparato electrónico que puso sobre los ojos de su cautivo.

—¿Qué demonios es eso? —Asustado trató de quitárselo de encima sin poder lograrlo.

—Es un extractor visual, sirve para vaciar los registros oculares. Algunos desconocen que lo tienen y mueren sin saberlo—La mujer traspasó los datos del aparato a un disco de almacenamiento que sostenía en sus manos.

—Todo lo que tus ojos han registrado durante toda su vida, son almacenados en los panales de recuerdos. Pensé que lo sabias, pero veo que es cierto que te han borrado la memoria por completo—Lana sonrió irónicamente.

—¡Estás completamente loca!

Lana presionó un implante que llevaba en su oreja derecha, lo que activo a través del control neuronal su armadura, que obedeció las órdenes de la mujer y se acercó hasta ella desprendiendo una pantalla en su pecho.

—Todo lo que has observado desde que trabajas para Biocam, es guardado en estas torres de almacenamiento—Lana adelantaba las imágenes que los ojos de Booper habían captado, traspasándolas a la pantalla— ¿Cómo crees que te mantienen bajo control vigilante?

—¿Quieres decir que mis ojos no me pertenecen?—Intentó moverse enfurecido, sin conseguirlo.

—Fuiste un vigilante cero, pero eso, no lo recuerdas. Un accidente te dejó postrado sobre esa silla, pero eso tampoco lo recuerdas.

Lana le mostró en su pantalla, imágenes donde aparecía él conversando con ella y caminando por las calles de Vitali antes que se implantara el modo de prueba de ANATEL.

La armadura de Lana expulsó un armatoste de metal que cayó al piso.

—Que irónico es que tú sueño sea ser, alguien que ya fuiste—Booper presionó sus puños con tal fuerza que sus huesos sonaron como dos placas de metal apuntó de quebrarse.

— ¡No puede ser posible!—Gritó enojado sin poder hacer nada, mientras el armatoste desplegó unas patas mecánicas retractiles.

—Ahora, si cooperas, no tendré que matarte—El traje cibernético se acopló a la mujer, cubriéndola por completo, en segundos—

¿Qué sientes ahora que sabes la verdad? —Activó el armatoste arácnomecanico que se acercó a Booper despacio. Lana le advirtió que el procedimiento para recuperar su movilidad, sería doloroso, pero que sí él deseaba que tuviera éxito, debía mantenerse muy relajado.

El animal mecánico se posó sobre el parapléjico, mientras una barra metálica descendía hasta su espalda, girando directo a su medula espinal inservible.

—Lo que quieras, pero solo cumple tu palabra. —Suplicó desesperado.

Cuando las agujas comenzaron a conectarse a sus nervios, podía sentir todos los dolores del infierno, pero sin embargo se mantuvo impasible, no importaba el dolor, lo que más deseaba era poder volver a moverse por sí mismo.

—Tu señal ya está bloqueada, ya no podrán rastrearnos—Lana se puso de espaldas a Booper que aún sentía leves espasmos por las descargas recibidas—Necesito que encuentres, a quien que puede detener el caos que quieren provocar en la ciudad.

—¿Cómo demonios lo has hecho? —Sus músculos comenzaron a funcionar de nuevo, sintió sus articulaciones trabajar por primera vez. El exoesqueleto lo puso de pie —Me siento como si tuviera la fuerza de diez hombres— Trató de controlar sus impulsivos movimientos.

—Debes encontrar al camello, es un viejo amigo— Lana espero alguna respuesta convincente.

— ¿Dónde encuentro a ese tipo? — Booper está entusiasmado por su oportunidad de poder caminar.

—En el barrio de Mutirraci, tiene un bar en ese lugar, puede que ahí le encuentres el rastro—Lana se acercó a el muro de la enorme sala de controles férreos.

— ¿Y por qué tu no visitas a tu viejo amigo?

Lana guardo silencio.

— ¿Cómo sabes que obedeceré tus ordenes ahora que puedo moverme?—Booper de inmediato escuchó por el casco de su exoesqueleto a Lana, como si fuera su conciencia que le hablaba.

— ¿Recuerdas el explosivo que casi te estalla en la cara cuando te rescate? — Booper miraba su armadura nueva— Llevas uno diez veces más potente alojado justo en el centro de tu pecho—Booper llevaba una luz roja que no dejaba de parpadear.

Lana rompió el muro de concreto con un rayo láser que salió de su brazo derecho y cruzó la salida autoconstruida. Booper la siguió cayendo sobre unas viejas líneas ferroviarias oxidadas, cubiertas por un enorme túnel que los conduciría a Mutirraci.

Lana se detuvo algunos metros más adelante, observando que en el techo había una enorme grieta que dejaba ver la inmensa oscuridad de la noche. Lanzó un gancho de acero que quedó firmemente incrustado en el concreto lo que la transportó por el cable hacia el exterior en segundos hasta el exterior. Booper la siguió sin calcular el impulso, con un gran salto, cayendo de golpe en un maloliente callejón, reincorporándose ágilmente.

—Encuentra al camello lo antes posible, puede que pronto comiencen a emitir la señal paralizadora— Lana activó su camuflaje óptico y desapareció.

— ¡Espera no te vayas!— Booper pudo ver como la calle principal del barrio se asomaba al final del putrefacto callejón. Cruzaba la misma escoria que monitoreaba todos los días, circulando por las aceras, como un rio de porquería que no se sabe dónde nace ni hacia donde se dirige.

La noche era asfixiada por los cientos de neones dispuestos en cada pedazo de concreto existente, todos los edificios tenían publicidad benefactora de sus corruptos donantes. La policía nunca aparecía por las noches, solo cuando necesitaban conseguir droga para poder revenderla.

El viento resoplaba en lo alto de las construcciones deshabitadas, escupiendo un sonido tan grave como un enorme monstruo que ruge sin parar. Booper se encontró de frente a restos de sangre y circuitos tirados por todas partes, una pelea muy violenta era lo más probable. Había una cabeza detrás de un basurero que seguramente algún traficante de órganos con poca ética vendería en el mercado negro. A metros de ahí, estaba el sitio donde encontraría al camello, el bar de Isrra.

Por una puerta pequeña apareció un enano vestido de traje, llevaba un pequeño corbatín que parecía de juguete.

— ¿Vienes por comida o diversión?

Booper se acercó al enano.

—Busco al camello—Por la puerta entraron varios tipos. Todos parecían ser mercenarios o vagabundos soplones como Bishock.

— ¿Lo conoces?

Booper se dio cuenta que el enano solo quería conseguir algo de dinero, quizás para costear sus excéntricos trajes, pero igual entró al bar sin su consentimiento apartándolo del camino.

Miró a todos los que se divertían dentro, mientras avanzaba lentamente por si encontraba al camello. Reconoció a un grupo de policías bebiendo botellas de agua ardiente. Ya los había visto rondar los sectores que monitoreaba, robándoles el negocio en las esquinas a traficantes de mala muerte.

Se acercó al barman, quien miraba atento cada uno de sus movimientos. El enano entró y se dio cuenta que un grupo de ciborgs traficaban neuroconexiones. Estaban muy impacientes por su presencia.

—Busco al Camello—Booper miraba que el bar estaba plagado de ciborgs.

— ¿Quién lo busca?— El barman detuvo el movimiento del paño que pasaba dentro de un vaso de cristal que sostenía en sus manos.

—Vengo de parte de una vieja amiga—Los movimientos le costaron un poco más, se dio cuenta que la energía de su exosqueleto se agotaba rápido.

— ¿Le debes dinero?

Booper miraba a distancia la espalda de un tipo que estaba sentado al fondo en una mesa llena de individuos. El tipo tenía dos enormes jorobas que se escondían bajo su larga chaqueta.

—Vengo por negocios.

El barman se acercó a la mesa donde apostaban dinero jugando póker. El camello se giró para ver quien lo visitaba.

El subordinado del camello con una seña llamó a Booper para que se acercara hasta la mesa de juego. Booper dio un paso adelante que le costó un poco al principio, pero que rápidamente logro conseguir sin que nadie se diera cuenta del percance.

— ¿Fuiste enviado por alguno de mis clientes como parte de pago? — Su detector de movimiento facial incorporado en su ojo derecho analizaba la reacción de cada uno de sus competidores.

Lana me envió para que me ayudaras a encontrar la forma de sabotear el proyecto Anatel

El camello soltó una carcajada que no pudo controlar, por lo que soltó las carta sobre la mesa por no poder contener la risa.

—Sabes, me di cuenta que la energía de tu exosqueleto esta por agotarse por completo, te propongo jugar algunas partidas, mientras pongo a alguno de estos vagos a cargar tu armadura. Sabes estoy encantado que hayas venido, Lana es una antigua amiga.

Rápidamente dos subordinados del camello se acercaron y desactivaron en segundos la armadura de Booper que seguía emitiendo la luz roja intermitente. Booper quedó nuevamente completamente inmóvil.

—No te preocupes muchacho, eso te servirá para descansar un poco— Otro par de tipos lo cargaron hasta una de las sillas que había alrededor de la mesa de juego.

El camello hizo una seña para que comenzara una nueva mano de cartas. Todos los que rodeaban la mesa se acomodaron a recibir las cartas que eran repartidas rápidamente, mirando al visitante que no se podía mover.

—Las visitas parten muchacho.

Booper no podía moverse.

—He dicho que empieces—El camello se levantó de su silla y dio un golpe sobre la mesa, derramando todas las cartas al piso.

—Sin mi armadura no puedo moverme— Booper miraba furioso el comportamiento de su anfitrión.

— ¿Has dicho mi armadura?— El camello se levantó de su asiento e hizo señas para que trajeran el exoesqueleto de Booper. Los tipos aparecieron cargando la armadura que no se había cargado por completo.

—Dile a Lana que si quiere pagarme con basura, que no se moleste— Los tipos lanzaron la armadura al piso. El camello se paró y saco de su espalda un hacha gigante con la que pretendía destruir el vehículo que permitía moverse con facilidad a Booper.

—No lo hagas, si lo haces volaremos en pedazos.

Detuvo el movimiento del hacha que iba directo al pecho de la armadura.

—Dentro hay un dispositivo explosivo muy potente que hará que todo este bar desaparezca.

—Eso sería más entretenido que robarles tan fácil, el dinero a estos idiotas, o vivir en esta ciudad que parece más un reloj que se ha oxidado de corrupción. Incluso yo he caído en este sistema— Soltó una carcajada y dejó caer su arma sobre el exoesqueleto.

La armadura se hacía pedazos, mientras el camello seguía destruyéndola con su hacha. Booper se dio cuenta que Lana lo había engañado.

­—¿Creíste en la palabra de esa ladrona?

Booper quedó paralizado pensando en que sin esa armadura ya no podría moverse. La silueta de Lana cobró forma detrás del camello.

—¿Conseguiste el virus?

Booper cayó al piso sin poder hacer nada.

—Miren quien tiene el agrado de llegar

Lana lanzó unas correas que inutilizaron momentáneamente a su viejo amigo.

—Esto es lo que necesitamos para sabotear el proyecto Anatel—Lana insertó un dispositivo en una de las jorobas del camello. Lo que hizo que se desprendiera y cayera al piso estallando en pedazos. La otra joroba quedo al descubierto cuando el abrigo se desintegro por el impacto y resultó ser una antena de emisión móvil, que estaba programada para enviar un flujo de imágenes de golpe, provocando el caos en un par de horas en toda la ciudad.

— Si esto no funciona, la población seguirá dormida como lo ha estado todo este tiempo—Lana cargó a Booper sobre sus hombros.

—Sin la armadura ya no podré caminar—El camello también fue una agente cero, compañero de ambos, pero cancelaron su proceso de razonamiento, después de descubrir el plan que tenía la empresa para la ciudad y lo programaron para ser la emisión móvil, así nadie podría descubrir la fuente original de la emisión.

Salieron del bar, nadie se atrevió a acercárseles.

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Muchas gracias a Dan por su relato y le deseo mucha suerte con el concurso.

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Dan Aragonz

Aficionado a la ciencia ficción y el terror.

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